LIGA ARGENTINA. En el marco de un difícil ámbito  de juego por la humedad reinante que hizo casi intransitable el rectángulo de juego y dificultoso el manejo del balón, Villa San Martín finalmente pudo vencer a Rivadavia de Mendoza por 67-60 y de ésa manera adelantarse 2-0 en la serie de cuartos de final que ambos protagonizan por la Conferencia Norte. Stefano Simondi, con 17 puntos, no solamente fue el máximo anotador del juego desarrollado ante otro buen marco de público, sino que además fue determinante en el triunfo tricolor. En la visita, Gorosterrazzu, viniendo desde el banco, cerró su casillero con 12.

GANAR, A COMO DE LUGAR

Sin dudas que la noche resistenciana de este lunes, lejos estuvo de colaborar para que se viera un buen juego entre Villa y Rivadavia. Es que la humedad y temperaturas reinantes, pero en especial la primera, le agregaron un grado extremo de dificultad a las acciones. Y así, ambos rivales, se equivocaron mucho mas que lo que acertaron. Pero aún así, el local tuvo un inicio alentador cuando su tercer triple lo llevó a una de sus máximas a favor: 17-7. Luego de ello, el minuto de la visita y lo que aportó su banco -liderado por el anoche no inicial goleador- hizo que el cierre fuese de Rivadavia que con un parcial de 10-4, cerró con un decoroso 17-21 los primeros 10 minutos de juego. En el reinicio, con un tramite siempre trabado, Villa se las arregló para volver a escaparse por 10: 34-24. Ello, gracias a Morris (13, 4 acá), alguna bomba y el aporte de Martín (9, 4 aquí). Pero el “show de perdidas” que protagonizaron ambos, reflejó el pobre 13-11 del cuarto que cerró así el primer tiempo con ventaja de 34-28 para el local. Tras el descanso largo, los dirigidos por Castro siguieron sin encontrar el camino, Rivadia lo aprovechó con sus rudimentarias armas -una de ellas su excesiva búsqueda de tantos con los tiros de tres puntos, amén de la intensidad de Ajiboye (6 y una decena de rebotes) – y de la mano de Ludueña (7, 4 acá), pasó al frente por primera vez más allá del 2-0 inicial (35-34). De allí en más se produjo un “palo y palo” que lejos estuvo de entusiasmar a los presentes, habida cuenta lo que se ofrecía en un rectángulo de juego muchas veces peligroso. Pero “se llegó” a la chicharra del parcial y allí, nuevamente mandaba Villa, ahora por 49-47. Con dos bases en cancha, el local buscó la fluidez que hasta entonces no había encontrado, pero ella no llego y solo la determinante aparición de Simondi (17, 8 acá) hizo que el tanteador se destrabara a favor de Villa que comenzó a tomar distancia para finalmente sellar el 67-60 con el cual dio un gran paso en la búsqueda del siguiente escalón de la Conferencia Norte. Ahora, la serie -pactada al mejor de cinco- se traslada a Mendoza.