OPINION. Lo sucedido este miércoles en Hindu Club -en el marco de la tercera semifinal ante Don Orione- es, en nuestra opinión, el ultimo toque de alerta de que algo no esta bien en nuestro querido basquetbol. Ya hubo un anticipo en la final del TFB cuando no solo no se dejó venir a la hinchada de Asociación Italiana de Charata -inaudito para aquél que es “gente de basquet”- sino también por (luego) la presencia desmedida de policías en el estadio verde. Es más, parte de ésa policía no dejó luego ver los segundos finales del juego porque acordonó (¡¿?!) el rectángulo de juego. ¡Vamos, esto no es futbol! El basquet es un deporte de familia. Porque si el basquet se va a parecer al futbol, entonces (por ejemplo) que se haga control de alcoholemia  para el ingreso a los estadios. Y el que no lo entiende así, debería irse. O ser echado por los que SI queremos al basquetbol. Lamentablemente, desde un tiempo a ésta parte, hay gente extraña al ambiente del basquetbol, en especial en la hinchada. Y ésta, siguiendo a uno de los grandes de Resistencia, lo hace con los códigos futboleros que indican que -por ejemplo- tiene que entrar cuando el partido ya esta empezado y que, incluso, deben intentar arrebatar la bandera del rival. ¿Estan locos? Eso no tiene nada que ver con el basquet. Un deporte tan o más pasional que el futbol pero que hasta aquí se mantuvo en sus códigos de respeto que no fue más allá de alguna “puteada” ocasional. Realmente, los dirigentes, todos -los del basquet y los del COPROSEDE, a los que rara vez (por no decir nunca) vi en un partido de basquetbol- deben, si de verdad quieren al basquet, hacer HOY algo al respecto. A todos nos gusta ver la cancha con gente, pero alentando a su equipo, sin agredir ni fisica ni verbalmente a la hinchada rival, siendo así un partido de basquet un lugar donde se puede concurrir en familia. No avancemos hacia aquéllo de “solo para socios” porque así estaremos matando también al basquetbol.