PRIMERA. Sus buenas actuaciones ofensivas de las ultimas fechas -de hecho está entre los romperedes de la 7ma. del “Apertuar” elaborado por Super Basquet-, pusieron las luces nuevamente sobre Eduardo Chacon, el “lungo” formoseño que desde hace muchos años deambula por las canchas del Chaco. Para conocer un poco su historia y presente, SB dialogó con él. “Mi llegada a Cune se dio a través de Santiago Acuña, la verdad que fue muy grato cuando me llama; trabajamos dos meses y deje por cuestiones laborales. Pero luego fui acomodando todo y estoy de vuelta” comenzó diciendo el ex propietario de una mítica Dax.
“Expectativas -agregó- son las mismas de siempre, son altas. Con casi 40 años es aportar experiencia a los más jóvenes, tenemos un equipo joven solo somos 3-4 mayores y tratamos de darle rodaje a los más chicos. Es un equipo nuevo, que se está formando, y nos está costando bastante ganar los partidos, asi que tenemos corregir cosas como las perdidas. Pero estamos con ganas de seguir peleando, terminar el Apertura y estar mejor ensamblados para el siguiente”.
Sobre su protagonismo, Eduardo afirmó: “no sé, es es algo que salió; yo siempre jugué en el poste bajo pero el básquet cambio en los últimos años y ahora estoy jugando de frente, tiro de afuera mejoré gracias a un cambio físico que tuve y creo que se están viendo los resultados. Muy contento con el club, con los chicos y de seguir aportando experiencia”.
“Juego en primera desde los 16 años; Nacional de Bahía Blanca me llevó –yo soy de Formosa capital- de los 15 a los 18 y luego fui “girando” como todo deportista profesional. Jugué por diferentes lugares. Pasé por el TFB, el primero en Acción; luego en Paraguay –Rowing, San José, Olimpia-, Alianza de Colon, Morteros el provincial. Me foguee con gente de liga desde muy chico” contó acerca de sus orígenes.
Sobre el 2021 y su pasado reciente en las canchas, Chacón rememoró: “el TFB con Regatas fue una sorpresa para mí; se hizo un cuadrangular en el local y lo juego bien y me llama Juan Vargas para Regatas. 2008 fue mi último año como profesional, después vine a Don Bosco que fue el club que siempre me abrió las puertas. El TFB de Regatas, que fue un premio para mí pero no pude terminar por trabajo, por otras responsabilidades, faltando un mes decidí bajarme”. “Fue muy placentero haber sentido la adrenalina del profesionalismo otra vez”, cerró.