Tirando de tres en las Finales

MARCO. Fue muy bueno el que presentó la primera final entre Villa e Hindú. Sin dudas que lo de un clásico en la definición de un título y las respectivas campañas, apoyadas en sendos buenos planteles, hicieron que la gente aprovechara la templada noche del miércoles para volcarse masivamente a la cancha. Un detalle, a la salida el portón de egreso estaba abierto apenas, provocando un embudo que generó más de una protesta de los asistentes. Para tenerlo en cuenta.

PRENSA. Para destacar lo hecho por Villa San Martín que, con el “simple” gesto de apartar dos sillas y reservarlas, permitió que Super Basquet trabajase con comodidad. Don Orione ya lo había hecho anteriormente y se lo agradecimos asi que ahora es el turno del Tricolor en la persona de Cachito Osuna. En la provincia hubo en los últimos años, inversiones multimillonarias en infraestructura, y ninguna -excepción hecha de Sarmiento, que también ingresa en ése grupo “de inversiones”- tuvo en cuenta el trabajo de la prensa, NO diseñando ningún espacio como para que la misma -la que hace que la gente vaya a la cancha, o “valoriza” el trabajo de los jugadores como le dijera a SB hace ya algunos años alguien que hoy ya es dirigente- pueda trabajar con las mínimas condiciones de comodidad. Todo ello no hace más que enaltecer el trabajo de quienes (como Hindú también en su momento) tienen ese “mínimo” -que para nosotros y dado el panorama es enorme- detalle. Simplemente, gracias.

NOTORIA. Fue la baja efectividad de Hindú Club en la primera final. El Bólido verde tuvo momentos de buen juego pero ellos no se traslucieron luego en el tanteador por culpa de ésa baja efectividad que abarcó incluso -en varias ocasiones- tiros de muy alto porcentaje como bandejas o debajo del aro. “No era la noche” de la visita el miércoles y Villa se lo cobró con un impensado 20 a favor habida cuenta de lo que habían hecho ambos hasta aquí en el “Apertura”.

ALVAREZ. Para resaltar lo realizado por Bruno, el surgido de la cantera de Regatas -Willy Tuckey fue uno de los que lo “soportó” en su etapa de cadetes- que en silencio, sin estridencias, sumó en todos los rubros para mantener la cohesión de Villa San Martín. Con el overol puesto, el perimetral marcó, sumo puntos, tomó (muchos) rebotes y también asistió. Bien.

JERARQUIA. Haciendo cada uno “la suya”, limitándose a cumplir con su rol, tanto Alejo Toledo primero, como Martín Pérez luego, mostraron el porqué juegan en una categoría tres veces superior: la Liga Argentina. Lo mostrado por uno y otro -la tremenda capacidad de salto de Pérez, por ejemplo- hicieron ver a propios y extraños el gran nivel de basquetbol que pueden desplegar y lo que significa para su equipo. Un “lujo” para el basquetbol local.

HINDU. Lo del Bólido verde en esta primera final, sin dudas que quedó con balance en rojo, tanto a nivel colectivo como en lo individual. Sobresalen, con mucho esfuerzo, algunas apariciones oportunas de Santiago Rath; la versatilidad de Ghidini y el ultimo cuarto de Loto-Maglier cuando el partido ya estaba definido. Poco, muy poco para el campeón defensor del título (Se reitera, porque hay muchos que no lo entienden: Hindú fue el campeón del “Apertura” del 2023 y Don Bosco ganó sí, pero el “Clausura” del mismo año; de allí que sea el Verde el que está defendiendo ESTE título).

GUISASOLA. Gonzalo, el polifuncional que irrumpiera hace ya bastantes años como una bocanada de aire fresco por entonces, ahora sumó un nuevo aspecto positivo al mostrar su madurez asumiendo un rol -el de base- para ayudar a su equipo. El mayor de “los Guisasola”, cumplió con creces con aquello de “trasladar y distribuir” y le sumó algunos “puntitos” oportunos. BIEN.

ASTILLA. Joaquín Fernandez Rivas, formado en la cantera de Hindú, fue el primer recambio de Villa y aportó con solvencia lo suyo: 9 puntos, incluido un triple. El pibe verde, que se cruzó de vereda para jugar una instancia superior -la Liga Argentina- nutrió al plantel de la “local” tricolor y ahora en la final -nada más, nada menos- mostró porqué fue tenido en cuenta por los de la calle Saavedra para ser parte de su cuadro de jóvenes a nivel nacional.

CAMISETAS. No es el primer año que sucede, lamentablemente viene pasando hace ya varias temporadas pero es INADMISIBLE que en una FINAL, los jugadores deban vestir camisetas con nombres que no son los suyos. Así, Mauro Coronel es “Picton” en ésta versión local de Hindú y en Villa sucede lo mismo, con alguien vestido de Borsatti (quien pasó por el Tricolor hace ya un tiempo) por citar solo dos ejemplos que vienen a la memoria. La escazes de recursos -acentuada sin dudas en el contexto económico actual- hace que los clubes que juegan en otras categorías superiores -como Villa e Hindú- deban apelar a juegos de indumentaria de ésas categorías pero de años anteriores “disfrazando” a los protagonistas actuales con nombres que ya no están siquiera en el club. LAMENTABLE.

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